lunes, 26 de abril de 2010

Un día más


Me doy un día más para recordarte
es que ayer agarré un coraje doméstico
que no veía desde el rojo amanecer del cincuenta y nueve
y limpiando expurgando este patíbulo a quince pisos del mundo
salió nuestra foto bajo el esqueleto de la cama
un calcetín que te sospecho porque manaba tu patológica inocencia
la escarpia que afirmaba nuestra luna
y dos o tres fantasmas del collage de mi almohada

esta orfebrería que araña el tiempo no es casualidad
el olvido necesita el azote del recuerdo para galopar
sino es una pasividad peligrosa quise decir venenosa
una paraplejia de la dignidad una jaula del orgullo
además no hay escoba para tamaña mentira

el olvido es
por si me preguntan
un puente entre dos enigmas
donde marcha caudalosa la memoria salpicando imágenes
y parece que tambalea el puente pero somos nosotros
enteritos
hasta los pelos proletarios
hasta las cicatrices hurañas
hasta los labios sobre todo los labios
sin embargo un día el sol sale distinto rojo de amarillo
nos asaltan las flores
subrayamos el horizonte con una sonrisa
y ellas -todas las muchachas- sacan a pasear su media naranja y a exprimir la nuestra
y ese mismo sol es una esponja
que te estruja en la mochila de otro

quiero decir con esto que tu recuerdo está en la última aduana
yo en la última excursión a la ventana más triste
y en un asueto a la serránica nostalgia
releer el capítulo que más nos gusta
antes que se lo lleve la pátina urgencia
vienes en nube te bajas en mi cabeza
el relente que suda el alma te anuncia
tarareando el soundtrack del pecho
y eres una moneda que no cae
una espoleta de mi presente
un ancla de un barco apátrido

aquí nos volvemos a encontrar
en esta embajada de tu ausencia
donde fui otro mueble más del cuarto
digamos una repisa de ergástulos versos
lleno de culpas y polvo que ojeaba para esconderme
o subirme a los verbos y largarme a cualquier pretérito
la verdad parecía una cómoda incómoda de tanto rincón
que alojaba al día con su soplo de angustia
y a la noche con su ventilador de agonías

por eso esta ablución de futuro como un bautismo del alma
y aunque no haya plomero más inexperto que uno
me las arreglo para sellar esta grieta en el corazón
a la altura de mis ojos
esperando que su alarma sacuda a tiempo
porque a las doce pasa la desesperanza
llevándose bolsas y bolsas de ilusiones en mi barrio
y aquí no cabe más utopía bajo la alfombra




3 comentarios: