martes, 29 de septiembre de 2015

No todo está perdido



Si a benedetti le devolvió la tregua 
alguna editorial miope e innombrable
y a james joyce por obsceno y kerouac por pornográfico
les dieron un portazo en varios tomos
los bautizaron con un balde de agua fría
como si la literatura no fuera una putita 
que te estremece y te saca los ojos
no todo está perdido.

Si borges era intraducible para ellos
e indispensable para el resto de los pronombres
incluso para aquel, ese, el mismito
que quemaba libros en la calle y luego lo condecoró
si stephen king no tildaba lástima 
como los editores en sus remitencias
en cambio metía cada coma
como un corvo entre las tripas
y nabokov otro obsceno y pornográfico 
por una putita algo más joven 
satinada por los pregones del sol
atinada por exhumar nuestras patologías
que te estremece y te saca los ojos
no todo está perdido.

Todo está perdido
cuando el sentimiento parece una hilacha de tu abrigo
cuando te roban un beso y no se derrumba aquel insípido rencor
cuando abres la ventana y te conviertes en vitrina de tu pasado
no te encandila la luna no se te mete un pájaro en la herida
y sobre todo 
todo 
está perdido 
cuando el incesante espejo te retrata 
como un cuadro torcido y retorcido
mientras el lápiz se suicida sobre el papel
de tres disparos suspensivos.