sábado, 17 de junio de 2017

Insomnio




Hagamos un trato mosca galvánica
tú te duermes y yo salgo volando por la ventana.

Atravesar quijote los barrotes ajados
el ábaco del tiempo       y entrar en los laberintos del viento
aletear entre las plegarias de cáscara onírica
por meandros del suspiro como rocío al cielo encapullado
sin embarrarme las patas con mierda ecléctica
flotar en una sopa de enigmas lejos de mi abismo planchado
de licántropos estigmas reptando las paredes.

Lejos del pretil del inconsciente donde borro con el codo 
lo que no escribo con el lápiz        afinando el horizonte cantino 
postrado en la silla inmerso en una lívida caverna platónica
donde incendio las siluetas simbólicas del signo
y alimento el rencor con el rescoldo del remordimiento.

El punto de fuga de síncopes vagones 
es ponzoñoso y endémico bostezo      las fauces del pasado 
con su dentellada carcoma su aliento de desaliento
sus colmillos hipocondríacos mordiéndose la lengua
kafkadas de baba arrasando los recuerdos húmedos
rémoras del tacto que naufragan en la tinta.

Hablo de flotar chapoteando en la vacuidad del yugo
tañidos que agiten esas lagunas mentales del letargo
y declamen la transmigración de esta esencia fugaz
en una fábula alada arraigando la eternidad del momento
acordes genetlíacos de la incombustible voz interior
la alarma del alma como un zumbido cada noche.





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