martes, 14 de febrero de 2012

Derechos de autor



Érase una mujer a quien no llamaban por su nombre
sino que lo hacían por esa anónima hermosura
que chica le quedaba aun con su indómita holgura
como aquellos cuervos que soñaban ser su hombre

cada cual graznando patronimios en su jaula
apostar quien lo escribiera tendría aquel derecho
de amarla, casi cinco lustros y nadie al hecho
ya que en la literatura solo uno ha dicho paula




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